jueves, 15 de diciembre de 2011

El que sobra es Gil Marín

Pese a que Caminero lo ha ratificado, las horas de Goyo Manzano en el Atlético de Madrid parecen estar contadas. Y, de esta manera, el jienense sería otra víctima más de la guillotina de Gil Marín, cuya lista de entrenadores podría llenar hojas y hojas.

En el Atlético falta paciencia para asentar unos cimientos que no existen en torno a un proyecto. Sobre todo, a un estilo de juego. ¿A que juega el conjunto rojiblanco? ¿Apuesta por un fútbol elaborado o más directo? ¿Ofensivo o más defensivo? Sinceramente, no lo sé… Porque unos técnicos tienen un libreto, mientras que otros apuestan por otra forma de jugar. Y, claro está, con tanto cambio es imposible asentar una idea.

Por lo tanto, no es cuestión de hacer una sangría de entrenadores, tal y como se está haciendo desde hace tiempo. Más bien, habría que escoger uno y darle la confianza necesaria para que pueda trabajar. Uno en el que se crea de verdad (Luis Aragonés o Rafa Benítez) para que construya un Atlético grande con un denominador de juego.

Aunque, antes de nada habría que dar un paso necesario: cambiar de cromos en los despachos. La etapa de Gil Marín ya debió de terminar hace mucho y el club necesita savia nueva.

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