Luis Enrique tiene la posibilidad
de hacer historia. El Barcelona sigue vivo en las tres competiciones (líder en
la Liga, finalista en la Copa y con un pie y medio en las semifinales de la Champions)
y sueña con el triplete. Después de un inicio titubeante, el conjunto blaugrana
ha adquirido una marcha de crucero en 2015, contando por victorias casi todos
los partidos.
Este éxito no se podría
explicar sin las dos ‘armas’ instauradas por Luis Enrique:
1. El contraataque
No es un Barcelona como los
anteriores, pese a que la idea de juego general siga siendo la misma. La gran
diferencia respecto al Barça de Guardiola, Tito y Martino es que con Luis
Enrique no se renuncia al contraataque. Algo impensable, por ejemplo, con Pep
Guardiola. Es más, se trata de una medida a la que se recurre con asiduidad una
vez se recupera el balón. La contra permite explotar a la perfección la
velocidad y el desborde de la mortífera MSN con espacios por delante.
El Barcelona ha jugado ratos
de un bellísimo fútbol. Pero no siempre ha sido así. Cuando ha estado atascado,
dando la impresión de poder ser noqueado, ha aparecido un contragolpe fugaz para
salvar los muebles. Es algo que ha sucedido en más de una ocasión.
2. El balón parado
La otra aportación de Luis
Enrique reside en la estrategia, faceta que ha dado réditos. Ya sea mediante faltas
o corners, el Barça ha materializado un buen número de tantos durante el
presente ejercicio. El hecho de contar con buenos lanzadores (Rakitic, Xavi,
Iniesta) y buenos cabeceadores (Mathieu, Piqué, Bartra) ha sido clave para
sacar provecho del balón parado. En los años anteriores, raro era contemplar un
gol del Barcelona mediante esta modalidad. Algo curioso, por cierto.
Hay dos partidos (ambos
grandes) que ejemplifican las dos armas de Luis Enrique. Ambos se decidieron a
la contra y a balón parado en beneficio de los intereses del Barça. En el
último Clásico, Mathieu abrió el marcador, cabeceando una falta; y Suárez dio
la victoria al Barça finiquitando una contra tras un pase al espacio de Alves.
Anteriormente, en la vuelta de cuartos de Copa ante el Atlético, el Barcelona
también decidió con dos goles al contraataque y uno a balón parado.
No enamora como el de Pep.
En cambio, el Barça de ‘Lucho’ es un equipo de más matices.
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