Precisamente, Caparrós es el principal artífice de que el Mallorca haya esquivado el sufrimiento. El técnico andaluz llegó a mediados de octubre, en sustitución de Michael Laudrup y, ha dejado su sello imprimiendo orden defensivo, rigor táctico, casta y juego directo. Unos valores que le han permitido conseguir nueve triunfos, nueve empates y diez derrotas en veintiocho encuentros. Suficiente para salvarse y disfrutar sin presión de aquí al final de Liga.
Caparrós ha conseguido el equilibrio con hombres de confianza en todas las líneas. En la portería, Dudu Aouate es una garantía y, con sus paradas, ha dado bastantes puntos a los suyos. En la retaguardia, Nunes, lesionado de larga duración, ha sido una perdida importante pero Ramis, cuyo crecimiento sigue su curso, ha minimizado la ausencia de su compañero a base de buenas actuaciones. En el centro del campo, es importante la verticalidad de Gonzalo Castro y Pereira, lo mismo que Hemed y Víctor Casadesús en la delantera. Ambos, con nueve y ocho tantos respectivamente, son los máximos goleadores del conjunto balear.
Estos jugadores, junto a Caparrós, son la máxima representación de un Mallorca que la próxima campaña va a sumar dieciséis temporadas consecutivas en la elite.
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